Las Almas Escondidas de la Guerra
Es un día nublado después de una semana soleada nos encontramos con un día triste y grisáceo, pero
es mas o menos la misma imagen que esta aldea muestra a quien la visita.
El camino es fácil para llegar hasta ella y la entrada esta marcada por varias pequeñas construcciones todas ellas en ruinas, en muy mal estado y que parecen pasar desapercibidas ante la torre de la iglesia que te atrae
visualmente y pasas sin prestar atención al resto.
La iglesia esta tapiada por lo que no se puede entrar por ningún sitio pero dando un rodeo a esta te encuentras con el cementerio justamente detrás de esta. Alguna que otra lapida aún se mantienen en pie.
Lo que nadie puede imaginar es que mientras pasea por el campo santo, sin lapidas, sin recuerdos con total anonimato estamos paseando sobre una fosa común de la Guerra Civil Española aunque luego se hallasen 8 cuerpos en otra fosa y se trasladasen sus restos al cementerio de su población de origen.
Lo que nadie puede imaginar es que mientras pasea por el campo santo, sin lapidas, sin recuerdos con total anonimato estamos paseando sobre una fosa común de la Guerra Civil Española aunque luego se hallasen 8 cuerpos en otra fosa y se trasladasen sus restos al cementerio de su población de origen.
Sin duda alguna el caserón que esta junto a la iglesia, es el edificio de mayor envergadura de la aldea
cuenta con tres plantas, con grandes espacios y enormes cuadras que hoy en día sigue utilizando los pastores
donde guardan sus rebaños.
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